HISTORIA DE COPAINALÁ

                    La antigua palabra de Koa / Painal / Lan significa "LUGAR DE LAS CULEBRAS QUE CORRIERON", del Náhuatl Kohyatk, culebra; painalé, corredor y lan, residencia locativa abundancial; las culebras fueron denominadores y fundadores del pueblo, aunque posteriormente resultaron expulsadas. Famoso desde la época de la conquista por semejanza con el hombre Painalá que da Bernal Díaz del Castillo al pueblo natal de los Padres de la Malintzin de origen Náhuatl y Caciques de la Comarca; creyéndose hasta la fecha, entre los indígenas, que Copainalá de Chiapas, no es otra cosa que el País del soldado y cronista del Hernán Cortés. Es bien sabido que Copainalá se caracteriza por ser Municipio de honda cultura Zoque y que en la época de la Colonia fueron evangelizados por los misioneros Dominicos, mismo que edificaron la Iglesia de San Miguel Arcángel, de gran valor artístico e histórico.

El municipio se asienta entre encarpadas serranías que riegan el potente rió Mezcalapa y sus afluentes en una superficie alfombrada de pastos y selvas exuberantes al noroeste del estado de Chiapas; tiene una superficie de  317 kilómetros cuadrados, con una topografía constituidos por planicies, valles, tomerinos, terrenos, montañosos, pantanos y accidentados; con un suelo profundo en las partes altas de textura Arcillo-limosa y arcillo – Humiferas, en las partes accidentadas abundan los suelos de textura Arcillo –superficial. Copainalá se encuentra a una altura de 450 metros sobre en nivel del mar, con clima calido en invierno y templados; con una precipitación pluvial de 800 y 1500 milímetros, con los meses de julio y noviembre de mayor precipitación, en invierno con una temperatura de 18 grados centígrados y en verano la máxima de 40 grados centígrados.

SITUACIÓN GEOGRÁFICA:

                 MUNICIPIO:                            COPAINALÁ.

                 ESTADO:                                 CHIAPAS.

                 PAÍS:                                        REPUBLICA MEXICANA.

                 El municipio de Copainalá se encuentra situado entre las coordenadas aproximadas; 17°    05´    37" latitud norte.

                 La longitud oeste con respecto al Meridiano de Greenwich es de: 93°    12´    38".

 

COMO LLEGAR A COPAINALÁ:

 

VEHICULO PROPIO: Tomar la carretera que conduce a Chicoasén, al lado Norte de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, al llegar a Chicoasén seguir sobre la carretera que lleva a Copainalá; el recorrido es de 70 kilometros.

TAXIS: Terminal en la 13 Sur entre Calle Central y 1a. Poniente de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

SUBURBAN: Terminal en Central de Camiones, (Mercado de los Ancianos) de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

CAMIONES: Terminal en Central de Camiones, (Mercado de los Ancianos) de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

 

LA TORRE DE COPAINALÁ

TEMPLO DE SAN MIGUEL ARCANGEL

Una mezcla de estíllos sacada de su contexto cronológico, caracterizada la torre de un grado mayor que el ábside. Estructuralmente la torre tiene algunos rasgos en común con la de Tecpatán. Es de planta cuadrada y esta integrada a la fachada principal adema su primer cuerpo compate un pedazo de pared con la nace, su planta cuadrada sin embargo es aparente solamente en los dos cuerpos superiores que se elevan arriba de la nave la parte superior del lado septentrional de la torre realmente es una continuación d la pared a la cual comparte con la nave así ruada abajo.

 La planta cuadrada y las dimensiones de la planta baja, como es común en las torres, de estillos mudéjar se repiten en los cuerpos superiores de la estructura, acentuada así sus proporciones achaparradas, aproximadamente 1:2-1/2: el segundo de 1/3/38. Y el de la parte superior, el campanario, de 1.2/8.

 La superficie de la torre es bastante plana, originalmente estaba cubierta con estuco a excepción de la escalera del caracol molduras cornisa muy sencillas señala la división de los diferentes cuerpos y se prolongan alrededor del perímetro de las escaleras de caracol a diferencia del cuerpo principal de la torre, que mantiene misma dimensiones cuadradas de su planta en los tres cuerpos, la escalera, de caracol cilíndrica tienen ligeros, casi tímidos, retrocesos tienen en su cúspide un gran remate en forme de torrecilla. Su forma esbelta nirilla es la torrecilla.

 MAS INFORMACIÓN

Hace un par de años se consolidó la portada del templo. Como parte de este proyecto de restauración que lleva a cabo el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, este año se le reconstruirá el techo que perdió en un momento de su historia, con el fin de evitar que el inmueble se siga deteriorando en sus interiores.

El misterio de la fecha de construcción

De acuerdo con Sidney David Markman, autor del libro Arquitectura y Urbanización en el Chiapas Colonial (1993), es difícil precisar cuándo se construyó el conjunto dominico. "El mismo pueblo no sabe con exactitud cuándo fue fundado y sólo puede decirse que ocurrió en algún momento después de 1549, año en que los dominicos iniciaron sus actividades misioneras en la zona indígena zoque".

Lo cierto, dice el investigador, es que el fraile Antonio de Remesal, quien registró los archivos y bibibliotecas de los conventos dominicos, menciona en sus textos a Copainalá como uno de los veintitrés pueblos que a principios del siglo XVII estaban sujetos a la administración del convento dominico de Tecpatán. Es también uno de los pocos que perviven y que conservan parte de sus iglesias coloniales originales.

Markman compara los estilos arquitectónicos de las iglesias de Copainalá y Tecpatán para establecer una posible fecha de construcción de la primera. Sin duda, dice, la de Tecpatán se edificó después de 1572, cuando el sitio se hizo cargo de la administración eclesiástica del territorio zoque.

"Si se acepta la fecha de 1572 como terminus post quem, se pueden aventurar comparaciones estilísticas que colocarían al edificio (San Vicente Ferrer) en los últimos años del siglo XVI, y quizá en el primer cuarto del XVII".

El edificio se construyó con piedra sin labrar, ladrillo y argamasa. Las irregularidades de la piedra, según Markman se cubrieron con una gruesa capa de estuco y solamente en las esquinas se utilizó piedra tallada. El templo es de una sola nave larga y estrecha y tiene un par de capillas en los brazos de un cuerpo transversal que forma una cruz casi al final de la nave.

A un lado de la fachada —esquina suroeste— se encuentra una torre de tres pisos, con una escalera de caracol cubierta con una torre cilíndrica de ladrillo. El autor describe la portada como de estilo renacentista con elementos barrocos. Tiene un frontón con cornisas inclinadas y a los lados contrafuertes cuadriformes. En el tímpano hay una ventana circular de rosetón, de inspiración gótica.

Los misterios estilísticos de la portada

En 1996, la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural del CNCA, hizo una intervención para consolidar la fachada, que de acuerdo con Markman evoca un prototipo clásico, el vano arqueado, donde se encontraba el portón, tiene una portada independiente, que sigue las formas de la fachada.

Tiene un arco del triunfo de estilo romano, coronado por un ático y un bajo frontón. A los lados cuatro pilastras lisas coronadas por unas almenas truncadas en forma de pera, y entre ellas cuatro nichos hundidos levemente. Se trata dice el autor de "un frontispicio epidérmico pegado al muro de la fachada poniente. Puede compararse con un altar colocado contra la pared de una capilla en el interior de la iglesia..."

El diseño, escribe el especialista, es de estilo renacentista pero con una marcada preferencia mudéjar por el cuadrado en que se enmarcan los elementos: "... como es rasgo común de la arquitectura de Chiapas y de toda la América Central colonial, y al igual que en Tecpatán y Copanaguastla, este edificio revela un sincretismo de varios estilos sacados fuera de un contexto u orden cronológico, pero en el que perseveraron las viejas tradiciones constructoras mudéjares tradicionales..."

Es posible —continúa— que la portada se haya construido en los últimos años del siglo XVI o principios del XVII. Estilísticamente la ubica dentro del último tercio del siglo XVI "época en que los híbridos del gótico y plateresco finalmente fueron substituidos por la forma renacentista más pura".

De acuerdo con los arquitectos Rubén Campos y Jesús Zamora, responsables de las obras de restauración, la portada adosada a la fachada estaba desprendiéndose. "Tenía una separación de entre ocho y diez centímetros y ya estaba a punto de caer.

"Las columnas estaban muy deterioradas; originalmente se construyeron con piedras y pedazos de tabique, tenían una consistencia muy mala, entonces se rajaron y quedaron en malas condiciones. Tuvimos que retirarlas, puentear, apuntalar, rehacerlas y amarrar toda la fachada a la estructura y los muros laterales".

La portada se consolidó mediante la colocación en la fachada de unos elementos metálicos con placa y tuerca que la sujetan, además se inyectaron los muros con mezcla para sellar grietas y se restituyeron los aplanados.

El misterio de la cubierta

Como parte de la segunda etapa de restauración —que se inició el pasado 18 de diciembre— se reconstruirá el techo del templo. Los arquitectos Campos y Zamora explicaron que se enfrentaron a un enigma para determinar la forma en que tendría que construirse la cubierta, porque de la original no quedó nada y no existen documentos que atestigüen cómo era.

El problema es que la fachada culmina con el frontón, lo que hace suponer que pudo haber sido de dos aguas, pero al final de la nave hay un arco, lo que podría inferir que la cubierta era una bóveda de cañón corrido: "Esta segunda teoría la hemos descartado por una serie de investigaciones de campo que hicimos en el sitio".

Lo peor que podría hacerse, dijo el arquitecto Campos, es dejar el monumento sin techo. La resolución que se ha tomado es, acorde con los datos obtenidos in situ, construir una cubierta de dos aguas que la hará coincidir con las pendientes del frontón.

El arco posterior será cubierto por el exterior con un muro que impedirá se filtre el agua y podrá apreciarse por dentro del templo. Los arquitectos dijeron que en el momento en que apareciera algún documento o información sobre el techo original puede modificarse la obra, sin haber afectado en nada el monumento.

Markman establece en su libro: "No cabe duda que la nave estaba techada con un artesonado, cuyo grado de inclinación debe haberse reconstruido a partir del declive del frontón de la portada. El ábside, que quizá fue originalmente la capilla mayor, estaba cubierto con una bóveda nervada. Esta combinación de dos tipos de materiales y métodos también puede verse en Copanaguastla y Tecpatán, y cae dentro de la tradición mudéjar proveniente de la Andalucía medieval".

El templo de San Vicente de Ferrer, es uno de los monumentos coloniales que conserva Copainalá, elevada a categoría de ciudad el 5 de marzo de 1925 por decreto del entonces gobernador provisional César Córdova.

Datos proporcionados en la página.

http://www.cnca.gob.mx/cnca/nuevo/diarias/150498/copainal.html